Estos días que medio mundo está confinado en casa creí que podría pasarlos dibujando, pero el tele trabajo y la gestión de lo doméstico y de lo inmediato no me han dejado.
Ayer que empezaban las vacaciones de Semana Santa miré florecer la primavera en las cuatro macetas de mi terraza y decidí hacer una pausa y dedicar la mañana a hacer un dibujo precisamente de eso, del pequeño reducto de jardín y de renacer que tengo bajo mis pies en mi propia casa.
Os dejo aquí este dibujo de las macetas con sus brotes nuevos, y otros que he repescado desde el verano, en los que se nos ve en casa (cuando no era obligatorio) disfrutando de dibujar y descansar mientras Eloy lee en voz alta y Roca duerme.